Manejar el Auspicio Fiscal genera muchas tensiones y contradicciones. Por un lado, presenta una gran oportunidad para movilizar recursos hacia proyectos que quiebran estructuras colonialistas, racistas, capitalistas y patriarcales que atentan contra el bienestar de las personas. Es una labor que llena de energía y esperanza sobre todo lo que es posible.
No obstante, mucho del trabajo en el Auspicio Fiscal conlleva velar porque se sigan las reglas del gobierno respecto a las exenciones contributivas y sin fines de lucro. Las reglas y leyes del Estado inclinan la balanza de poder a favor de la entidad que da el auspicio fiscal. La evidencia más clara es el hecho de que quien tiene discreción y control final sobre el uso del dinero es la entidad que da el auspicio.
En la toma de decisiones y los modos en los que se habla al público sobre los proyectos auspiciados, se puede sentir que se resta autonomía y autoridad a las personas y organizaciones que han trabajado muy duro para estar donde están, conseguir recursos y desarrollar sus iniciativas. En el peor de los casos, el Auspicio Fiscal puede reafirmar sistemas y estructuras que generan inequidad.
Una relación de Auspicio Fiscal es exitosa cuando hay objetivos claros, las responsabilidades están delimitadas y existe confianza y balance de poder entre la entidad que brinda auspicio y el proyecto auspiciado.
Advertencia: Nada de lo que se dice aquí es, ni debe ser tomado, como consejo legal. Si su organización tiene un problema, o necesita asesoramiento legal, debe consultar a una persona profesional del derecho. Aquí trataremos exclusivamente situaciones hipotéticas, aun cuando parezcan situaciones concretas. Además, se mencionará de manera general, dos tipos de contratos en específico: el contrato de auspicio fiscal y el contrato de donación filantrópica.
“Un tema bien importante es el cumplimiento con la ley. Nuestro auspiciador fiscal está pendiente de estos detalles para que nuestro equipo se pueda enfocar en los servicios que ofrecemos, trabajando los programas y llevando a cabo la coordinación. Quiero mencionar el apoyo del auspiciador fiscal en el desarrollo estratégico a largo plazo, que ya es más intangible, pero sumamente importante. Tenemos un grupo pequeño de trabajo y esa visión externa de otras personas con otro sentido de experiencia, de peritajes nos añade perspectiva.”