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Casa Pueblo

Por: Arturo Massol-Deyá, Director Ejecutivo Casa Pueblo

¿Cómo el auspicio fiscal apoya su misión de transformación social?

Como una organización de base comunitaria que posee proyectos de servicio que operan siete días a la semana, como el manejo de los bosques, los programas culturales, el bosque-escuela, la radio, la insurgencia energética, estamos muy ocupados en el día a día y en eso concentramos nuestras energías.  

Pero evidentemente sabemos que se necesitan muchos recursos económicos para estas iniciativas. El complemento con HASER (como Auspiciador Fiscal) nos permite ampliar áreas que por condición natural no las abordaríamos. 

No queremos ser una 501(c)(3)1, no nos interesa

 

¿Cómo te apoyan en HASER?

Muchos de los proyectos especiales, no todos, pero algunos, no los podríamos lograr si no tuviéramos el auspiciador fiscal. Poseer ese 501(c)(3) representa asumir otras responsabilidades fiscales y demás, que no nos interesa mucho. Tenemos contabilidad, estrategias de control internas, llenamos las planillas, y todas esas cosas que hay que hacer como organización sin fines de lucro. Sin embargo, cuando se nos acercan personas que quieren apoyar económicamente estos proyectos especiales, por elección no por obligación, preferimos este arreglo (del Auspicio Fiscal). 

Principalmente porque en el manejo de ese dinero hay una fiscalización externa. Para mí lo más importante es que nosotros tenemos unos controles internos, pero HASER se convierte en un fiscalizador semi- externo, y eso nos da colectivamente una tranquilidad. Sabemos que el dinero se usa correctamente, y eso es muy importante para una organización como la nuestra.

HASER ayuda a canalizar a estas personas o grupos filantrópicos. Es tan fácil como llamar y decirles “este grupo nos quiere apoyar, te los refiero”. 

En Casa Pueblo no estamos en búsqueda de fondos externos, no hacemos fundraising. Nosotros generamos la economía para nuestra operación. Mucha gente se nos acerca de diferentes sectores para ayudarnos a hacer más, lo que representa más trabajo. Entonces este tipo de relación, la delegamos con HASER. Eso significa que en Casa Pueblo podemos dedicarnos a las tareas cotidianas y proyectos especiales, mientras HASER se encarga de todo lo que tiene que ver con el punto de vista administrativo, de informes, reportes, propuestas y más. 

En mi caso, me concentro en los proyectos, en el día a día. De lo contrario tendríamos que asumir unas responsabilidades que no queremos, que ya no podemos, porque estamos ocupados con la administración de la Casa, de la radio, de los proyectos…

(Con el Auspicio Fiscal) la organización está más protegida. Confío en Casa Pueblo y en nuestras capacidades, pero el mantenerlo separado nos protege a nosotros, a HASER y al donante también. Es una buena práctica.

 

¿Hay desventajas?

Pues tal vez una desventaja podría ser que una fracción del dinero va a HASER. Pero me parece justa. Claro que uno quisiera el 100 por ciento de los recursos. No obstante, no es una desventaja, es solo parte del arreglo.  

Por ser Casa Pueblo, tener tantos años de fundados, tal vez deberíamos ser autónomos, pero entiendo que es mejor tener el Auspicio Fiscal (AF). Así hay una tercera parte mediando entre el donante, fiscalizando el uso de los fondos, asegurándose que se usen de la manera correcta, profesionales que tienen el peritaje en el asunto y que conocen las reglamentaciones.

Me siento cómodo con este arreglo.

Para las instituciones pequeñas, me parece que (el AF) es la ruta a seguir. Te brinda flexibilidad inmediatamente, te permite madurar como organización, te desentiendes de esa parte crítica que necesitas –la parte administrativa–, la de fiscalizar, la contabilidad; para uno poderse concentrar en las tareas cotidianas, que para eso fue que uno se organizó. 

No me organicé para buscar chavos, hacer informes y recibos. Tener un AF previene que como organización emergente cometamos errores que puedan comprometer la credibilidad de la organización, que el capital social que se está levantando se vea afectado porque se haga algo incorrectamente, no por mala intención. 

El AF puede ser estratégico en cómo las organizaciones se levantan. 

 

Casa Pueblo y HASER tienen acuerdos de Auspicio Fiscal desde 2017, después del paso del Huracán María por Puerto Rico.